Sin Título,
1971.
Montaje, pintura, objetos, iluminación y materiales diversos,
dimensiones variables;
Sala Universitaria, Santiago.
Francisco Brugnoli Bailoni nació en Santiago de Chile, el 10 de octubre de 1935. En 1960 ingresó a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde se formó con José Balmes, de quien también fue ayudante. En 1977 cursó estudios en la Universidad de Maryland, Estados Unidos; posteriormente, entre los años 1980 y 1981, se perfeccionó en la Universidad Internacional de Arte de Florencia, Italia. En el año 1966, inició su labor como profesor de pintura en la Escuela de Bellas Artes, de la cual fue exonerado en 1973, tras el Golpe Cívico Militar. En 1974 creó, junto a otros académicos exonerados, el Taller de Artes Visuales (TAV), un espacio de formación, creación y difusión de las artes gráficas y el grabado. En 1992 fue reincorporado a la Facultad de Artes de Universidad de Chile y, en 1998, fue nombrado director del Museo de Arte Contemporáneo, cargo que ejerció hasta el año 2021. En el 2017 asumió como Miembro de Número de la Academia Chilena de Bellas Artes. Su labor como artista comenzó a mediados de la década del sesenta con la creación, junto a Virginia Errázuriz, del grupo Los Diablos, iniciativa surgida en el contexto universitario, bajo las influencias de los movimientos de vanguardia y el contexto socio-político. Su obra se ha exhibido en el Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago de Chile; Museo de Arte Contemporáneo, Santiago de Chile; Gran Palais, París, Francia; Galería Sur, Santiago de Chile; Palacio de Bellas Artes, Madrid, España; IV Bienal de La Habana, Cuba; Galería Gabriela Mistral, Santiago de Chile; Zimmerli Art Museum, Rutgers University, New Brunswick, Canadá; Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo, Guayaquil, Ecuador; Carnegie Museum of Art, Pittsburgh, Estados Unidos. Falleció el 29 de julio de 2023, en la ciudad de Santiago de Chile.
Francisco Brugnoli aparece en escena con sus collages y ensamblajes, y con ello, deja en evidencia el vínculo entre arte y vida. A través de sus “pegoteos” de overoles, objetos y textos impresos, el artista se aleja de la bidimensionalidad del cuadro e indaga en el imaginario popular presente en la ciudad. Brugnoli sustituye la representación pictórica del objeto por la presentación objetual del desecho, un accionar que lo vincula con el ideario duchampiano. Sus obras no nos hablan de los objetos industriales y su obsolescencia, sino de los objetos residuales y su reutilización, acción que le permite poner de manifiesto las carencias e injusticias del modelo económico y social.
El montaje realizado por Francisco Brugnoli en la Sala Universitaria se entiende como una síntesis de los procesos de búsqueda iniciados por el artista a mediados de la década del 60. La exposición se organizó a partir de ensamblajes y piezas ambientales que definen un recorrido que propicia el diálogo y la interacción con el espectador. Al ingresar a la sala nos encontramos, en el muro norte, con los trabajos Garage y El aborto, piezas que -desde una mirada testimonial- reflexionan sobre la realidad laboral y sanitaria imperante en el país. El recorrido continúa y observamos, en la esquina norponiente, la obra Salvador, pieza ambiental que rememora la masacre de obreros en el mineral de El Salvador, hecho ocurrido el 11 de marzo de 1966. Por su parte, en el muro sur de la sala se encuentran las obras Pantalón y Puerta, La gallina de los huevos de oro y No hay vacantes, tres trabajos que escenifican realidades diversas que apelan a la pobreza, la cesantía y la exclusión. Asimismo, si seguimos el recorrido, observamos, en la esquina suroriente, la obra Reportaje, pieza que recrea, a escala real, la trastienda de una reparadora de calzados. En este trabajo, Brugnoli nos entrega una radiografía de la realidad socioeconómica del país mediante los objetos y el sincretismo visual de la clase trabajadora. Por último, en el centro de la sala, el artista dispone tres piezas volumétricas realizadas con restos de overoles, que simbolizan el anhelo de reivindicación del mundo obrero frente a las estructuras políticas imperantes.
La recepción de la exposición por parte de la prensa del periodo es significativa, más aún si consideramos el breve periodo de exhibición (del 5 al 23 de octubre de 1971). Las notas y artículos constatan una fuerte dramaticidad y expresividad en los entornos humanos creados por Brugnoli. De igual forma, se pone énfasis en el compromiso del artista con el momento político que vivía el país. Bajo esta premisa, sus obras se leen como reportajes de la realidad que toman forma a partir de objetos y materiales residuales, que son resignificados para poner en evidencia la cruda y violenta realidad. Ficha técnica de la obra