Víctor Hugo Núñez

Espacios Escultóricos,
1969.

Montaje, materiales diversos,
dimensiones variables;
Sala Universitaria, Santiago.

Biografía

Víctor Hugo Núñez nació en Santiago de Chile, el 15 de agosto de 1943. Inició su formación artística en el año 1960, como estudiante en los cursos vespertinos de dibujo y croquis dirigidos por Gracia Barros en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Entre los años 1961 y 1963, estudió diseño y cerámica en la Escuela de Artes Aplicadas de la misma Universidad. En 1964, ingresó formalmente a la Escuela de Bellas Artes, donde se especializó, con Ricardo Meza, en escultura y cerámica. En la misma institución, se desempeñó como ayudante y, posteriormente, como profesor de la cátedra de escultura. En 1971, fue nombrado director de la Casa de la Cultura del Mineral del Teniente. En 1974, tras el Golpe Cívico Militar, se trasladó a México como asilado político. En 1979, fue galardonado con el Primer Premio de Adquisición en la Primera Trienal de Escultura del Salón Nacional de Artes Plásticas de México. Su obra se ha exhibido en el Museo de Arte Contemporáneo, Santiago; Museo de Arte Moderno, Ciudad de México; Museo Carillo Gil, Ciudad de México; Convento de Tepoztlán, Morelos, México; Palacio de Bellas Arte, Ciudad de México; y Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago. Actualmente, reside en Cuernavaca, México.

Reseña de obra
A través de la exposición Espacios Escultóricos, Víctor Hugo Núñez explora las posibilidades espaciales del lugar a partir de una escenografía expresionista, que atiende a la contingencia del momento. El ingreso a este espacio se realiza por medio de un pasillo cubierto de azúcar y vidrios que crujen con el transitar del público. Este ambiente sonoro se ve intensificado por la penumbra que inunda el lugar. En el fondo de la sala, una monumental cabeza hecha en papel maché se ilumina teatralmente; frente a ella, un paralelepípedo del cual emerge un rostro que, desde su encierro, nos observa. El montaje contempló un conjunto de vigas de madera y sacos rellenos de papel que se distribuyen en el espacio de manera aleatoria. Así mismo, el artista realizó en el muro norte de la sala, un volumen hecho de residuos, que unía el interior y exterior de la sala.
Paralelamente, Núñez comparte con el público su texto mecanografiado titulado “¿Por qué?”. En el escrito evidencia su compromiso con los procesos de transformación que vive la sociedad chilena: “La sangre derramada, ha fertilizado los campos de nuestra América. De todas florecen jóvenes que llevan el germen naciente del hombre nuevo, que luchan por la transformación total de esta sociedad, para construir la nueva y justa que devolverá al hombre su dignidad tantas veces pisoteada”.
El interés de Núñez por introducir la calle y la contingencia en la sala, se concretó con la realización de una franja pintada en el suelo de color negro, que se proyectó desde la sala a la calle, uniendo las veredas sur y norte de la avenida Alameda. Sobre esta franja se dibujaron flechas y blancas siluetas de cuerpos yacientes, figuras con las que el artista: “Quería simbolizar que el país estaba de luto por la represión brutal en contra de los trabajadores en el norte del país.”
Con esta obra, el artista hace referencia a la muerte de mineros en la mina El Salvador, hecho ocurrido en 1966 a manos de militares y policías: En voz de Núñez: “la obra nos muestra una realidad que se vive, pero no se quiere ver”.
La recepción por parte de la prensa resulta significativa si consideramos el corto periodo de la exposición: del 4 al 16 de diciembre. En su mayoría, las notas ponen de relieve el carácter experimental de la obra y su compromiso político con el momento que vive el país. Del mismo modo, se señala que el artista crea un ambiente en la sala, lo que se entiende como un recurso extra escultórico, propio del campo del teatro. De igual forma, se constata que Espacios Escultóricos es una escenográfica, tensa y sofocante, que busca la integración entre la obra y el espectador.